ALTARES DE DIOS, testimonios del cielo

Me encantan los altares de Dios. Cuando visito una iglesia llena del Espíritu que tiene un altar hermoso, sé que allí se han vertido muchas lágrimas. En el Antiguo Testamento Dios ordenó a su pueblo repetidamente que fuera a quitar los viejos altares paganos. He aquí un ejemplo: Derribaréis sus altares, y quebraréis sus estatuas, y sus imágenes de Asera consumiréis con fuego; y destruiréis las esculturas de sus dioses, y boraréis su nombre de aquel lugar. No haréis así a Jehová vuestro Dios, (Deuteronomio 12:3-4) El pueblo de Dios debía deshacerse de los altares pecaminosos que no le dieran alabanza a Él. Tenían que quitar los altares que no lo honraran o reverenciaran a Él, y luego tenían que edificar y mantener altares solamente para la adoración del Señor. He aquí un ejemplo de esas instrucciones: (Jueces 6:25-26) 25 Aconteció que la misma noche le dijo Jehová [Josué]: Toma un toro del hato de tu padre, el segundo toro de siete años, y derriba el altar de Baal que tu padre tiene, y corta también la imagen de Asera que está junto a él; 26 y edifica altar a Jehová tu Dios en la cumbre de este peñasco en lugar conveniente; y tomando el se gundo toro, sacrifícalo en holocausto con la madera de la imagen de Asera que habrás cortado. ALTARES DE HOY Cuando predico en servicios religiosos por todo el país, pienso en los altares de Dios. Cuando venimos al frente del altar de una iglesia y derramamos nuestro corazón a Dios, no nos avergonzamos de Él. Un altar consagrado es un sitio en el que podemos estar en la presencia de Dios, donde lo podemos invocar, confesarle nuestros pecados y pedirle que nos perdone. ¡Muchos de nosotros sentimos allí su presencia reverencial! Podemos saber que contesta nuestras oraciones. Aveces podemos sentir sus brazos alrededor de nosotros. Hay algo especial y maravilloso en torno a los altares... esos altares tradicionales de Dios en las iglesias. Allí puede uno ir y arrodillarse y sencillamente adorar al Señor. Uno puede alabar a Dios en la casa también. Uno puede hacerlo en el auto. Lo puede uno alabar en cualquier sitio. Sin embargo, permítame decirle algo: el altar es el lugar apropiado para una cita de íntima comunión con Él. Cuando los profetas del Antiguo Testamento le hacían altares al Señor, clamaban y se arrepentían a Dios por los pecados del pueblo, así como por sus propios pecados. En el altar se arrepentían y ofrecían sacrificios de sangre en nombre del pueblo y Dios aceptaba sus sacrificios. Puesto que Cristo hizo el último sacrificio por nues tros pecados mediante la sangre que Él vertió, no necesitamos ofrecer más sacrificios. Con todo, todavía necesitamos arrepentimos cuando sentimos convicción de pecados y uno de los mejores lugares para hacerlo es en el altar. Cuando veamos un altar de iglesia consagrado, de ser posible, nos debemos arrodillar en él y orar a Dios. Es muy importante que tengamos un altar. Necesitamos uno en nuestro hogar para que podamos hablar con Dios y tengamos un lugar para estar a solas con Él. Cuando predico siempre les digo a las personas: “No se avergüencen de venir a este altar. Aquí tendrán un encuentro con Dios.” Sí, podemos tener un encuentro con Él en nuestro asiento. Sin embargo, hay algo especial en torno a un altar santificado y utilizado con frecuencia donde pue da uno humillarse, alzar sus manos, y decir: “Heme aquí, Señor. Toma mi vida. Úsame para tu gloria.” ADÓRELO SINCERAMENTE Necesita usted pedir con seriedad y de todo corazón. Dios busca a un pueblo que lo ame y lo alabe. Dios busca a un pueblo que abandone sus malos caminos y se vuelva a Él. Busca a un pueblo que lo adore en espíritu y en verdad. (2 Crónicas 7:14)14 Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, yperdonaré sus pecados, y Sanaré su tierra. (Juan 4:23-24) 23 la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. 24 Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren. Sea sincero con Dios. Sea veraz con Dios. Cuando acuda al altar, no se arrodille a decir: “María hizo algo malo” o “José hizo algo malo”. Diga: “Dios, yo soy el que pecó. Necesito tu perdón.” Y luego perdone a aquellos contra los que tenga usted algo... Perdónelos. Amados hermanos, el Señor busca a un pueblo liberado, para que se abran los ojos ciegos y los oídos es cuchen 1 que el Espíritu del Señor dice a las iglesias (Apocalipsis 2:7). ¡Oh, las glorias del cielo! ¡Si sólo pudiera usted mirar lo que allí le aguarda! En la vida diaria pasamos por muchas pruebas y tribulaciones. A veces parece que el enemigo intenta robárnoslo todo, pero Dios nos da paciencia para soportar y, al final, nos da la victoria. Hay muchas presiones en la vida, pero en nuestro Señor hay paz y seguridad. Si no tiene usted una iglesia local buena y estable, le ruego que busque una en la que se predique la verdadera Palabra de Dios y en la que se crea en que el Todo poderoso es capaz de trasformar vidas y corazones. Encuentre una iglesia que crea en el poder del Espíritu Santo. Allí se le enseñará la sabiduría de Dios y podrá ser liberado de sus dificultades y aflicciones. Es importante reunirse con el pueblo de Dios. La Biblia nos dice que debemos congregarnos (Hebreos 10:25). No intente estar completamente solo allá afuera. Dios lo ama y también hay otros hijos de Dios que lo aman.

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