EN EL CUIDADO DE DIOS, testimonio del cielo

No hay ningún defecto o ninguna señal de pecado en el cielo. Vino a mi mente la porción bíblica sobre la creación de Adán. Entonces el Señor dijo: “No hay imperfecciones aquí. Todo lo que se perdió debido al primer Adán ha sido restaurado por el segundo Adán.” Es mi firme convicción de que las únicas señales del pecado que habrá en el cielo serán las cicatrices de las manos, pies y costado de Jesús. Ellas serán un recordatorio para siempre de que nuestro bendito Señor ha pagado el precio por nuestra redención. Entonces ví lo que percibí que fuera la parte superior de la cabeza de Dios... parecida a la lana (Apocalipsis 1:14). Una transformación maravillosa ocurrió cuando Dios sopló en esa criaturita y se tomó en una creación completamente perfecta. Los ángeles empezaron a gritar y a alabar a Dios. Conforme miraba yo esta poderosa manifestación del poder de Dios, se desvanecieron completamente todas las preguntas que había tenido en cuanto a lo que les sucede a los bebés y a los niños. ¡Ahora sé, sin duda alguna, que son perfeccionados por las manos de Dios! Entonces el ángel y yo empezamos a ascender hacia otra zona del cielo. Había hermosos árboles por to das partes con toda clase de frutas en ellos. Veía flores de todo tipo. Podía ver toda clase de aves.., algunas que no habíamos visto nunca antes. ¡Oh, la belleza del cielo es indescriptible! Subimos muy alto hasta otra parte. Podía oír los gritos de gloria. Había junto a una puerta un gran ángel que vestía una túnica larga y blanca. Estaba situado detrás de un escritorio. Tomó un libro dorado del escritorio y se lo entregó a otro ángel. El ángel que recibió el libro lo abrió y de él salieron rayos de brillante y luz chispeante. Me recordaron a millones de explosiones simultáneas de fuegos artificiales. Entonces ví a padres y a miembros de familia que empezaron a deambular y a encaminarse hacia determinados individuos. Luego empezaron a gritar y a saltar. Yo no podía comprender lo que ocurría. El ángel me dijo: “Esos seres queridos están reconociendo a los miembros de su familia.” Aquellos que habían perdido alguna extremidad o que eran paralíticos o que habían muerto prematuramente estaban ahora en un estado de perfección. ¡Habían sido sanados y sus extremidades restauradas! En el cielo conoceremos a todos. Conoceremos a Abraham, a Isaac y a Jacob. Conoceremos a Moisés y a todos los profetas. Conoceremos a todos los discípulos del Nuevo Testamento. Conoceremos a todas las personas en el cielo. Conoceremos de la misma manera en que Dios nos conoce (1 Corintios 13:12). Tendremos un conocimiento muy extenso. Los ángeles me dijeron: “Ven. Entra por esta puerta.” Era la puerta más hermosa que yo he visto en el cielo. Estaba diseñada como si fuera una puerta de jardín con madera alrededor de ella, aunque hecha con lo que parecía piedra blanca o mármol. Hermosas flores crecían por todas partes. Entonces pasamos por la puerta y presenciamos todo el maravilloso regocijo y la reunión de toda la familia de Dios. UNA REUNIÓN CELESTIAL El rey David sabía muy bien que cuando las criaturas mueren prematuramente por cualquier motivo, el alma de ellas va al cielo, donde algún día los miembros creyentes de la familia se les reunirán. Cuando murió su propio bebé, que había sido concebido fuera del ma trimonio producto de una relación adúltera con Betsabé, David se arrepintió sinceramente de su pecado y estaba seguro de que Dios lo había perdonado (Salmo 32:5). Debido a que David encontró paz en el conocimiento de que pasaría la eternidad con Dios (véase Salmo 23:6) y de que vería de nuevo a su hijo recién nacido (2 Samuel 12:23), pudo consolar a Betsabé en su aflicción. He aquí el recuento bíblico del incidente: 13 Entonces dijo David a Natán: Pequé contra Jehová. Y Natán dijo a David: También Jehová ha remitido tu pecado; no morirás. 14 Mas por cuanto con este asunto hiciste blasfe mar a los enemigos de Jehová, el hijo que te ha na cido ciertamente morirá. 16 David rogó a Dios por el niño;y ayunó David, y entró, y pasó la noche acostado en tierra. 17 Y se levantaron los ancianos de su casa, y fueron a él para hacerlo levantar de la tierra; mas él no quiso, ni comió con ellos pan. 18 Y al séptimo día murió el niño;y temían los siervos de David hacerle saber que el niño había muerto, diciendo entre sí.. Cuando el niño aún vívía, le hablábamos, y no quería oír nuestra voz; ¿cuánto más se afligirá si le decimos que el niño ha muerto? 19 David, viendo a sus siervos hablar entre sí, entendió que el niño había muerto; por lo que dijo David a sus siervos: ¿Ha muerto el niño? Y ellos respondieron: Ha muerto. 20 Entonces David se levantó de la tierra, y se lavó y se ungió, y cambió sus ropas, y entró a la casa de Jehová, y adoró. Después vino a su casa, y pidió, y le pusieron pan, y comió. 21 Y le dijeron sus siervos: ¿Qué es esto que has hecho? Por el niño, viviendo aún, ayunabas y llorabas; y muerto él, te levantaste y comiste pan. 22 Yél respondió: Viviendo aún el niño, yo ayunaba y lloraba, diciendo: ¿Quién sabe si Dios tendrá compasión de mí, y vivirá el niño? 23 ahora que ha muerto, ¿para qué he de ayunar? ¿Podré yo hacerle volver? Yo voy a él, mas él no volverá a mí. 24 Y consoló David a Betsabé su mujer (2 Samuel 12:13-14, 16-24) Un ángel del Señor me dijo: “Una criatura es un alma eterna a partir del momento de su concepción.” Si se termina la gestación de una criatura mediante un aborto o un mal parto o ésta muere por cualquier causa, Dios se entera de ello. Él ha dispuesto que sus ángeles se encarguen de ellas. “Traemos sus almitas al cielo y Dios las completa. No importa si la criatura ha sido abortada o muere naturalmente. Será formada y moldeada a la perfección por la poderosa mano de Dios. “Si los padres de estos niños viven rectamente en Cristo Jesús, cuándo vengan al cielo, serán reunidos y conocerán a sus seres queridos. ¡Se encontrarán con ellos en los portales de la gloria!” Adoración alrededor del trono A hora bien, alabo a Dios por la oportunidad que me ha dado de describir mi visión del cielo en un libro. Ella arde continuamente en mi corazón. Mucha gente me ha animado a escribir este testimonio y a compartir la visión del cielo que Dios me ha dado. He compartido la visión celestial, así como mis experiencias del infierno, en muchas iglesias en las que he ministrado. Deseo compartir con usted otras escenas que ví en el cielo. Quiero que sepa que el cielo es real. Si ha perdido a algún ser querido, a alguien que haya partido al cielo antes que usted, sepa que se encontrará con esa persona en las puertas de la gloria. Quiero animar su corazón, porque tenemos una bendita esperanza en Jesucristo. Él ha ido al cielo a preparar un lugar para no sotros. ¡Parecía que los ángeles que veía en el cielo eran muy grandes y poderosos! Vestían relucientes túnicas que irradiaban enorme cantidad de luz. Eran poderosos y sinceros. Tenían su mente determinada a obedecer a Dios. Resultaba obvio para mí que los poderosos ángeles que veía en cada puerta de perla eran ángeles protectores. Al ver la espada al costado de los ángeles, pensé: “ Gloria a Dios! ¡Aleluya! Dios realmente protege a sus hijos.” LOS ÁNGELES DE DIOS La Biblia, como saben, habla reiteradamente de los ángeles, pues se refiere a ellos en muchos pasajes. Es asombroso que a veces tendemos a pasar por alto cosas que la Palabra de Dios comprueba una y otra vez. Sin embargo, cuando se le da una revelación a alguien parece que ella arroja más luz sobre el asunto. He aquí algunos ejemplos más de lo que la Biblia dice acerca de los ángeles: (Salmo 91:11-12)11 Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos. 12 En las manos te llevarán, para que tu pie no tropiece en piedra. (Génesis 24:40) 40 Entonces él me respondió: Jehová, en cuya presencia he andado, enviará su ángel contigo, y prosperará tu camino;y tomarás para mi hijo mujer de mi familia y de la casa de mi padre. (Apocalipsis 10:1)1 Ví descender del cielo a otro ángel fuerte, envuelto en una nube, con el arco iris sobre su cabeza; y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego. (Apocalipsis 18:1)1 Después de esto ví a otro ángel descender del cielo con gran poder; y la tierra fue alumbrada con su gloria. (Marcos 12:25) 25 Porque cuando resuciten de los muertos, ni se casarán ni se darán en casamiento, sino serán como los ángeles que están en los cielos. (Lucas 22:43)Y se le apareció un ángel del cielo para fortalecerle. (Hebreos 1:14)14 ¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación? (Lucas 15:10) 10 Así os digo que hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente. Se me permitió entrar de nuevo a través de la puerta del cielo, y recuerdo que me sentí impresionada por la paz y gozo que allí había. ¡Oh, el glorioso canto y las alabanzas! Amados hermanos, no creo que nadie lo podría describir muy bien, porque en la tierra nunca se ha sentido una paz como esa. Desde el Edén, en la tierra no se ha experimentado nunca la paz, el gozo y el descanso que hay en el cielo. En el cielo no hay enfermedades. En el cielo no hay sillas de ruedas. En el cielo no hay discapacidades físicas. En el cielo no hay dolencias. Todo es perfecto y hermoso. No hay corrupción. No hay mentiras. No hay pecado alguno, porque Dios no permitirá que entre un solo pecado por las puertas del cielo. EL GRAN ESPECTÁCULO Con el ángel de guía nos movimos muy rápidamente. Dejamos atrás muchos árboles frutales que crecían junto al río de la vida. Cada uno de ellos estaba cargado de hermosas frutas. Conforme avanzábamos, parecía que nos convertíamos en parte de la música. En todas mis visitas al cielo oí música y siempre era nueva. Escuché alabanzas musicales continuas elevarse en honor y alabanza a Dios. El ángel de Dios me dijo: “Vamos a ir ante el trono para ver la adoración a Dios.” Alo largo del trayecto pa recía como que llegaban cientos de personas de todas partes del cielo. Iban a adorar al Rey de reyes y Señor de señores. ADORACIÓN EN EL CIELO Mientras avanzábamos parecía como si cientos se convirtieran en miles y los miles en una cantidad innumerable. Acudían desde varias regiones del cielo. Aparentemente fuimos a una zona como la de un gran anfiteatro, descrita por Juan: (Apocalipsis 4:2-5, 10-11) 2 Y al instante yo estaba en el Espíritu;y he aquí:, un trono establecido en el cielo, y en el trono, uno sentado. Yel aspecto del que estaba sentado era semejante a piedra de jaspe y de cornalina;y había alrededor del trono un arco iris, semejante en aspecto a la es meralda. 4 Y alrededor del trono había veinticuatro tronos; y ví sentados en los tronos a veinticuatro ancianos, vestidos de ropas blancas, con coronas de oro en sus cabezas. Y del trono salían relámpagos y truenos y voces;y delante del trono ardían siete lámparas de fuego, las cuales son los siete espíritus de Dios. 10 los veinticuatro ancianos se postran delante del que está sentado en el trono, y adoran al que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas de lante del trono, diciendo: 11 Señor, digno eres de recibir lagloriay la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, ypor tu voluntad existen y fueron creadas. ¡Y las nubes! Las más hermosas nubes flotaban dentro, fuera y alrededor del trono. Las nubes estaban moldeadas casi como las nubes en forma de hongo de una explosión atómica. Todas tenían una combinación de colores hermosos y gloriosos. Había un deslumbrante arco iris por encima de todo ello. Es imposible imaginar la intensidad del poder de Dios. Supe en mi corazón que la imagen de hombre que ví en las nubes era la representación de Dios. Hace miles de años, Dios quiso hacer a un hombre a su imagen... y lo hizo. (Génesis 1:27) 27 Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Dios tomó del polvo de la tierra, literalmente, e hizo a un hombre. Consideren el poder de Dios que de bió de haber estado presente: Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente. (Génesis 2:7) Entonces, por cuanto Adán estaba solo (“[…] para Adán no se halló ayuda idónea para él” [ 2:20]) Dios le indujo un sueño profundo, abrió su costado, le quitó una de las costillas y moldeó de ella a una mujer. El Señor formó a Eva, la eterna compañera y cónyuge de Adán, la cual también fue hecha a la imagen de Dios (Génesis 1:27). ¡Qué gloria se les dio a los humanos de ser hechos a la imagen de Dios! PREPARACION PARA EL REY Los testimonios de adoración celestial muestran la belleza y la santidad de Dios. Al llegar al lugar de reunión, pude ver a personas y ángeles por doquier. Me impresionó que todo se hacía ordenadamente. Por todas partes, la gente y los ángeles alababan a Dios. El río de la vida fluía desde el trono de Dios. Era como un mar de vidrio, como un mar de cristal, pero que fluía. Entonces, amados hermanos, ví caballos otra vez. Caballos grandes, blancos y magníficos se veían como si fueran de mármol. Eran hermosos y sin un solo defecto en ninguno de ellos. Eran elegantes, como piezas (de ajedrez, pero físicamente genuinos. Las mantas blancas en la grupa de los caballos estaban uniformemente adornadas con rebordes de oro. Tenían riendas doradas en la boca. Tenían adornos en las patas e incluso en la punta de la cola. Esos caballos permanecían en atención delante del trono. Me di cuenta de que los doce ángeles que están delante del trono llevaban al costado trompetas y cuernos musicales. Sus vestiduras, que flotaban y resplandecían, tenían adornos de oro y grandes rubíes y toda clase de enormes gemas incrustados. De pronto, ví muchos instrumentos musicales. Se trataba de los instrumentos más espectaculares que uno jamás pudiera imaginar. ¡Oh, la belleza del cielo! Había muchas arpas. Miré para ver quiénes estaban situados en esos instrumentos musicales. ¡Pensé: “ gloria a Dios! ¡Aleluya!” LLAMAMIENTO A LA ADORACIÓN Entonces, amados hermanos, el Espíritu Santo me mostró algo con mucha claridad. La mujer que se hallaba en el centro del grupo de caballos se detuvo. Entonces los ángeles delante del trono, cada uno en su orden, tomaron la trompeta o bocina en su costado y comenzaron a tocar. Cuando tocaron esas bocinas, ¡oh, los sonidos de gozo y gran alabanza que subieron! Alguien en el cielo proclamó fuertemente: Ahora es el momento de adorar al Rey de reyes y Señor de señores por sus gloriosos actos y su glorioso poder con respecto a los moradores de la tierra. Es hora de darle a Él gran alabanza, de adorarlo con canción y con danza, de adorarlo con música y de adorarlo por su bondad. Él es Dios. Es Rey de reyes y Señor de señores. Es el Redentor de la humanidad. ¡Según se anunciaban estas cosas, amados hermanos, sonaron las trompetas! Entonces, el ángel que leía el pergamino se puso de pie e hizo una señal. De inmediato todos esos caballos magníficos doblaron las rodillas e inclinaron la cabeza uno después de otro en alabanza al nombre del Señor: (Filipenses 2:10) 10 Para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; (Apocalipsis 5:13)13 Ya todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos. Los caballos entonces empezaron a girar y a hacer cabriolas ante el Señor. Hacían toda clase de cosas para magnificar, alabar y adorar a Dios. ¡Oh, si sólo pudieran haberlo visto! Y Dios se agradaba de la adoración de ellos.

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