MOTIVACION A ALABAR, testimonios del cielo

Amados hermanos, no creo que nos damos cuenta de cuánto le agradan a Dios nuestras alabanzas. Cuando pasemos por pruebas, quebrantos y angustias, Dios quiere que lo alabemos. Lo tenemos que alabar, no debido a las aflicciones o las pruebas, sino porque lo amamos. Cuando lo adoramos, parece que lo hacemos en beneficio de Él y no el nuestro. Según lo alabamos por las cosas poderosas que ha hecho por nosotros, cambiamos nuestro enfoque de nosotros a Dios. Al entrar en el proceso de la adoración, nos damos cuenta de que Él es el que puede resolver los problemas que estamos confrontando y podemos confiar en que nos ayudará. De ese modo nos beneficiamos realmente cuando alabamos y adoramos al Señor en verdad. ACLAMACIONES DE ALABANZA En ese momento todos los músicos celestiales empezaron a tocar y entró otro grupo de adoradores. Millares de voces cantaron en honor y alabanza a Jesús. Ascendió el sonido de gloriosa algarabía. Resonaba por todo el cielo. ¡Durante horas, me pareció, vibraron las alabanzas a Dios! ¡Cuán hermoso es oír y estar en medio de las alabanzas a Dios! Allí en el centro de los sonidos vibrantes y magníficos, la tierra me pareció hallarse muy lejos de mí. Las aflicciones y las dificultades me parecieron estar muy lejos de mí. Los horrores del infierno parecieron tan distantes. EL ENCARGO QUE DIOS ME DIO No obstante, supe dentro de mí que tenía que hacer algo por Dios. El ángel de Dios me tocó y recibí fuerzas. Me dijo: “Hija mía, Dios te ha permitido ver estas cosas para que las puedas contar y las puedas registrar. Las revelaciones, las visiones y los sueños te han sido dados para hacer conocer las cosas [ que Dios ha preparado para los que le aman [ y guardan sus mandamientos’” (1 Corintios 2:9; Deuteronomio 7:9). ¡Entonces, amados hermanos, oí la voz de Dios! Sólo el sonido de su voz me llenó de éxtasis. Sonaba como el trueno, pero pude comprender lo que decía. Caí sobre mi rostro, y empecé a adorar y a alabar al Rey de reyes y Señor de señores. ESCRITURAS CELESTIALES Cuando regresé a la tierra y comencé a meditar en las muchas cosas maravillosas que Dios me había mostrado, miré en la Palabra de Dios. Parecía como si en cualquier parte que leía, hallaba algo sobre el cielo la majestad de Dios. Quiero compartir con ustedes algunos de esos versículos de la Sagrada Escritura: (Nehemías 9:6)6 Tú solo eres Jehová; tú hiciste los cielos, y los cielos de los cielos, con todo su ejército, la tierra y todo lo que está en ella, los mares y todo lo que hay en ellos; y tú vivificas todas estas cosas, y los ejércitos de los cielos te adoran. (Job 22:12, 14)12 ¿No está Dios en la altura de los cielos? Mira lo encumbrado de las estrellas, cuán elevadas están. 14 Las nubes le rodearon, y no ve; y por el circuito del cielo se pasea. (Salmo 102:19)19 miró desde lo alto de su santuario; Jehová miró desde los cielos a la tierra, (Salmo 103:19)19 Jehová estableció en los cielos su trono, y su reino domina sobre todos. (Salmo 148:13)13 Alaben el nombre de Jehová, porque sólo su nombre es enaltecido. Su gloria es sobre tierra y cielos. (Hebreos 12:22) 22 Sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles. SERES SANTOS EN EL CIELO Lo que sigue es un recuento veraz de una experiencia que tuve. Una vez más, el ángel del Señor vino a mí y me dijo: “Mira la gloria de tu Dios.” Fui llevada instantáneamente a las alturas y a través de una de las puertas al cielo. Cada puerta estaba hecha de una perla exquisita, con diseños en ella. ¡El atractivo del cielo es impactante! Pasamos por el río de la vida y pude oír a la gente gritar y alabar a Dios en las márgenes del río. Fui llevada delante del trono de Dios, como se describe en el capítulo 4 de Apocalipsis. ¡Oh, qué algarabía y qué adoración! Amados hermanos, ví el trono de Dios exactamente como lo describe la Sagrada Escritura. Tiene un arco iris a su alrededor. Está opacado por la nube de gloria y el brillo del poder de Dios. Oí voces, ví relámpagos y oí truenos. ¡Ví las manifestaciones divinas del poder de Dios! Y del trono salían relámpagos y truenos y voces;y delante del trono ardían siete lámparas de fuego, las cuales son los siete espíritus de Dios. (Apocalipsis 4:5-6)6 Y delante del trono había como un mar de vidrio semejante al cristal; y junto al trono, y alrededor del trono, cuatro seres vivientes llenos de ojos delante y detrás. Conforme observaba, oí las voces multiplicadas de muchos ángeles alrededor del trono. El número de ángeles allí era incontable. Entonces ví a los seres celestiales y a los ancianos. Había cuatro de los seres celestiales y veinticuatro ancianos. Esta escena ha sido también descrita por Juan en Apocalipsis: (Apocalipsis 5:11) 11 Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono, y de los seres vivientes, y de los ancianos; y su número era millones de millones, (Apocalipsis 7:11)11 Y todos los ángeles estaban en pie alrededor del trono, y de los ancianos y de los cuatro seres vívientes; y se postraron sobre sus rostros delante del trono, y adoraron a Dios, SERES VIVIENTES Durante este viaje en particular al trono de Dios ví los cuatro seres vivientes que están delante del trono de Dios. Estos seres que ví alrededor del trono eran aquellos descritos en la Palabra de Dios. Todos los seres celestiales tenían ojos grandes; algunos en el frente y otros en la parte de atrás. Podían ver hacia el frente y hacia detrás de ellos. Eran muy grandes y algo nunca visto en la tierra. Cada uno de ellos tenía seis alas. Uno tenía cara como de león. El segundo, cara como de ternero. El tercer ser viviente tenía cara como de hombre. Imaginen, si pueden, a un ser muy alto con seis alas. Tiene cara de hombre. El cuarto ser viviente era como un águila voladora. Todos esos seres fascinantes exclamaban constan temente: “Santo, santo, santo, Señor Dios Todopoderoso., Debido a que yo nunca antes había visto algún ser que se semejara a ellos, me parecían muy ex traños. Sabía, sin embargo, que Dios había creado a estos seres santos del cielo. Alabo sea Dios por sus hechos y su poder. ¡Dios es un Dios majestuoso! Según miraba yo a esos seres, empezaron a alabar y a adorar al Dios To dopoderoso. Quiero que entiendan que después de haber visto en mi visión a los seres celestiales de Dios hice un estudio acerca de ellos y descubrí en el libro de Apocalipsis la asombrosa descripción de Juan de lo que yo había presenciado. He aquí la manera en que los describió Juan: (Apocalipsis 4:6-8)6 Y delante del trono había como un mar de vidrio semejante al cristal; y junto al trono, y alrededor del trono, cuatro seres vivientes llenos de ojos de lante y detrás. El primer ser viviente era semejante a un león; el segundo era semejante a un becerro; el tercero tenía rostro como de hombre; y el cuarto era semejante a un águila volando. 8 Y los cuatro seres vivientes tenían cada uno seis alas, y alrededor y por dentro estaban llenos de ojos;y no cesaban día y noche de decir: Santo, santo, Santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir. LAS OBLIGACIONES DE LOS SERES VIVIENTES La Biblia nos habla acerca de esos seres vivientes y de sus obligaciones. Dan continuamente alabanza y honra a Dios. Junto a los veinticuatro ancianos su principal ocupación es adorar al Señor: (Apocalipsis 4:8-11) 8 Y los cuatro seres vivientes tenían cada uno seis alas, y alrededor y por dentro estaban llenos de ojos; y no cesaban día y noche de decir: Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir. Y siempre que aquellos seres vivientes dan gloria y honra y acción de gracias al que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos, 10 los veinticuatro ancianos se postran delante del que está sentado en el trono, y adoran al que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas de lante del trono, diciendo: 11 Señor, digno eres de recibir la gloriay la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas. (Apocalipsis 5:9-10) Y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y puebloy nación; y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra. (Apocalipsis 5: 11-14)11 Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono, y de los seres vivientes, y de los ancianos; y su número era millones de millones, 12 que decían a gran voz: El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, lagloria y la alabanza. 13 Ya todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos. 14 Los cuatro seres vivientes decían: Amén; y los veinticuatro ancianos se postraron sobre sus rostros y adoraron al que vive por los siglos de los siglos. (Apocalipsis 7:11-12)11 Y todos los ángeles estaban en pie alrededor del trono, y de los ancianos y de los cuatro seres vivientes; y se postraron sobre sus rostros delante del trono, y adoraron a Dios, 12 diciendo: Amén. La bendición y la gloria y la sa biduría y la acción de gracias y la honra y el poder y la fortaleza, sean a nuestro Dios por los siglos de los siglos. Amén. Y los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes se postraron en tierra y adoraron a Dios, que estaba sentado en el trono, y decían: ¡Amén! ¡Aleluya! Y salió del trono una voz que decía: Alabad a nuestro Dios todos sus siervos, y los que le teméis, así pequeños como grandes. (Apocalipsis 19:4-6) 6 Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía: ¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina! También se describen otras obligaciones de los se res vivientes en Apocalipsis: (Apocalipsis 5:8)8 Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; todos tenían arpas, y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos; (Apocalipsis 6:1)1 Vi cuando el Cordero abrió uno de los sellos, y oí a uno de los cuatro seres vivientes decir como con voz de trueno: Ven y mira. (Apocalipsis 15:6-8)6 Y del templo salieron los siete ángeles que tenían las siete plagas, vestidos de lino limpio y resplan deciente, y ceñidos alrededor del pecho con cintos de oro. Y uno de los cuatro seres vivientes dio a los siete ángeles siete copas de oro, llenas de la ira de Dios, que vive por los siglos de los siglos. 8 Yel templo se llenó de humo por la gloria de Dios, y por su poder; y nadie podía entrar en el templo hasta que se hubiesen cumplido las siete plagas de los siete ángeles. Ví a una innumerable multitud de ángeles cuando empezaban a adorar al Señor. Oí y experimenté la inolvidable escena del momento en que los ancianos alrededor del trono se unían a ellos. También me uní a la adoración al Rey, mientras pensaba: “ qué glorioso es ver la potencia del Dios Todopoderoso!” LAS GLORIAS DEL CIELO Cuando Jesucristo me reveló el cielo, fui transportada allí en diez visitas mediante la potencia del Dios Todopoderoso. Sucedió inmediatamente después de la etapa en que me mostró el infierno. Las visitas divinas empezaron durante la época de Semana Santa. Jesús se me apareció de 2:00 AM. a 5:00 AM, durante treinta noches, y me mostró el destino de los que lo rechazan. Antes de que viera yo el cielo, me llevó al centro de la tierra y me mostró la morada de los muertos. Escribí una revelación divina del infierno, libro en el que relato mis experiencias en ese lugar. Después de esos treinta viajes a las profundidades del horror, durante diez noches; Jesús, me mostró el cielo y su gloria. También tuve muchas otras visitaciones del Señor. El presente es un recuento veraz de lo que me sucedió. El Espíritu del Dios vivo me reveló todo lo que les relato. Cuando Jesucristo me llevó en esos viajes, quedé fascinada porque en el cielo no hay aflicción ni muerte ni sufrimiento. En el cielo sólo hay gozo, paz, felicidad y el fruto del Espíritu por todas partes. Quedé fascinada también por los millares de ángeles de Dios que habían allí. Algunos tenían alas; otros no. En cada uno de mis viajes al cielo observé que los ángeles siempre estaban ocupados. Ellos realizaban tareas y se encargaban constantemente de cada detalle. Me pareció que cada ángel tenía sus deberes particulares y ciertos trabajos que realizar. Pero todos siempre alababan a Dios y llevaban a cabo sus obligaciones en forma feliz según se ocupaban de sus asuntos. Todos los ángeles se ocupan constantemente de sus obligaciones. Por ejemplo, cuando llegan nuevas almas al cielo, los ángeles las reciben e inmediatamente las ayudan a cruzar el río de la vida. Ellos luego las escoltan a un lugar en el que otros ángeles les proporcionan las vestiduras de salvación, que son los mantos de justicia. Entonces los guías angelicales las conducen a la habitación de las coronas, en la que a cada persona se le pone una corona. Todo ello se hace en un orden hermoso y perfecto. Los ángeles son perfectamente felices mientras lo hacen. Nunca ví campanas en el cielo, aunque las oía sonar constantemente. Me contaron que cada vez que sonaba una campana era porque en ese momento se ha bía salvado un alma en la tierra. A eso se le llama “las glorias del cielo”. MUEBLES CELESTIALES Observé que durante mis viajes al cielo había visto hermosas mesas. No sé cómo describirlas adecuadamente. A veces he visto en la tierra juegos de muebles de estilo victoriano o de algún otro estilo con diseños elaborados en sus piezas. Probablemente al dar un paseo hayamos visto tales piezas hermosas, como una mesa recostada a una pared u otra con un jarrón o un libro sobre ella. Pues en el cielo vi mesas de ese tipo por todas partes, aunque diseñadas y elaboradas con mucha más exquisitez. Allí también había libros por todas partes, así como muchas otras cosas.

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