LOS ÁNGELES Y LA PALABRA, testimonios del cielo

Tenemos muchos pasajes bíblicos en los que ángeles se les aparecieron a hombres. Algunos ejemplos adicionales son: (Mateo 1:20) 20 Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es. (Números 22:31) 31 Entonces Jehová abrió los ojos de Balaam, y vio al ángel de Jehová que estaba en el camino, y tenía su espada desnuda en su mano. Y Balaam hizo reverencia, y se inclinó sobre su rostro. (Génesis 32:1)1 Jacob siguió su camino, y le salieron al encuentro ángeles de Dios. (Juan 20:12)12 y vio a dos ángeles con vestiduras blancas, que estaban sentados el uno a la cabecera, y el otro a los pies, donde el cuerpo de Jesús había sido puesto. (Hechos 8:26) 26 Un ángel del Señor habló a Felipe, diciendo: Levántate y ve hacia el sur, por el camino que descien de de Jerusalén a Gaza, el cual es desierto. (Hechos 27:23) 23 Porque esta noche ha estado conmigo [ el ángel del Dios de quien soy y a quien sirvo. Como cristianos necesitamos comprender cuánta protección tenemos. Debemos entender que Dios lo ha proporcionado todo para nosotros en su Palabra santa. Cuando necesitamos ayuda, podemos ir a Él confiadamente en el momento de necesidad. En el trono de la gracia, en el nombre de Jesucristo, le pedimos ayuda. Cuando usted y yo pedimos ayuda, El siempre la da. Le encanta ayudarnos conforme guardamos sus mandamientos y lo servimos. VIENE UN MUNDO NUEVO ID muchos días después de mi estancia final En el infierno estuve desesperadamente enferma. Tenía que dormir con las luces encendidas. Necesitaba la Biblia a mi lado en todo momento y la leía constantemente. Mi alma había sufrido un fuerte impacto. Yo Había experimentado parte de lo que sufren los perdidos cuando van al infierno. Jesús me decía: “Calla, enmudece” (Marcos 4:39), y la paz inundaba mi alma. No obstante, dentro de pocos minutos volvía yo a gritar, histérica con miedo. Durante esa etapa, sabía que nunca estaba sola y que Jesús siempre estaba presente. Sin embargo, incluso con ese conocimiento, a veces no podía sentir su presencia. A menudo tenía tanto miedo de tener que volver al infierno que hasta sentía temor de que Jesús estuviera cerca de mí. Cuando intentaba contarles a los demás acerca de mis experiencias en el infierno, no me escuchaban. Les rogaba: “Por favor, arrepiéntanse de sus pecados antes de que sea demasiado tarde.” Era difícil que ninguno de ellos creyera tanto lo que les contaba del tormento que yo había sufrido, como que Jesús me había dicho que escribiera acerca del infierno. El Señor me volvió a asegurar de que Él es el Dios que sana. Aunque no quedé convencida de que algún día me recuperaría del todo, sí llegué a sanar paulatinamente por completo. PARAISO DE PAZ Y entonces volvió a suceder. De nuevo me hallé junto al Señor Jesús, y nos elevamos a gran altura... hacia el cielo. Jesús Me dijo: “Quiero mostrarte el amor y la bondad de Dios y porciones del cielo. Deseo que veas las maravillosas obras del Señor, que son tan hermosas de contemplar.” Un ángel vino a nuestro encuentro y me dijo: “Mira la bondad del Señor tu Dios. Su misericordia permanece para siempre.” Había tal sensación de amor y ternura alrededor del ángel que yo estaba a punto de llorar cuando de nuevo me habló: “Contempla el poder, fuerza y majes tad de Dios. Déjame mostrarte el lugar que Él ha crea do para los niños.” De repente, un gran planeta emergió ante noso tros, uno que parecía ser tan grande como la tierra. (Apocalipsis 21:1-2)1 Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. 2 Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Lo siguiente que oí fue la voz del Padre que dijo: El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son uno. El Padre y el Hijo son uno, y el Padre y el Espíritu Santo son uno. Envié a mi Hijo a morir en una cruz para que nadie tenga que perderse. En breve voy a mostrarte el lugar que he hecho para mis niños. Me interesan en gran manera todos los niños. Me interesa cuando una madre pierde a un hijo, incluso cuando el fruto del vientre es echado antes de su tiempo. Sabes, conozco todas las cosas y sí me interesa. Desde el momento en que hay vida en el vientre, Yo me entero. Sé de los bebés que son asesinados mientras están todavía dentro del cuerpo de su madre... las vidas abortadas que son desechadas e indeseadas. Sé de las criaturas que nacen muertas y de las que nacen con defectos paralizantes. A partir del momento de su concepción, cada una de ellas es un alma. Mis ángeles bajan y me traen a los niños cuando mueren. En el cielo se les ama y se convierten en seres perfectos. Les doy cuerpos sanos y restituyo cualquier miembro que hayan perdido. Les doy cuerpos perfeccionados. Por todo el planeta había una sensación de que uno era amado, un sentido de bienestar perfecto. Todo era perfecto. Aquí y allá en medio de la exuberante hierba verde y de los estanques de agua cristalina y transparente había asientos de mármol y bancos de madera finamente pulida. Por todas partes que veía, había niños que participaban en toda clase de actividades. Cada niño vestía una túnica nítida blanca y sandalias. Las vestiduras blancas eran tan brillantes que resplandecían con la magnífica luz del planeta. Una profusión de color por todas partes acentuaba la blancura de los trajes de los niños. Los ángeles eran los guardas de la entrada y los nombres de los niños estaban todos escritos en un libro. Ví a los niños aprender la Palabra de Dios y música, la cual se les enseñaba con un libro dorado. Me sorprendí al ver animales de todo tipo acercárseles a los niños o sentarse junto a ellos mientras estaban en esta escuela angelical. No había lágrimas ni sufrimiento. Todo era supremamente hermoso. El gozo y la felicidad estaban por todas partes. Entonces, el ángel me mostró otro planeta que brillaba como una gran luz ante mí. La luz brillaba con el fulgor de un millón de estrellas y todo lo que había en el planeta era hermoso y estaba vivo. En la distancia vi dos montañas de oro puro, mientras que cerca de mí había dos puertas doradas, en las cuales había incrustados diamantes y otras piedras preciosas. Sabía en mi corazón que ésta era la tierra nueva y que la ciudad que aparecía en todo su esplendor ante mí era la Nueva Jerusalén... la ciudad de Dios tal y como descenderá a la tierra.

1 comentario:

  1. Mientras leo esto viene a mi un sueño q tuve. Soñé a mi sobrino sentado y en su brazos una hermosa niña me dice mira mi hija titi y ambos tenían una luz q resplandecían. El sueño fue tan hermoso q a veces me inquieta.

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