CAPITULO DIEZ – EL REGRESO

Por que has librado mi alma de la muerte, y mis pies de caida, para que ande delante de Dios en la luz de los que vivent. Salmos 56:13 Inmediatamente yo estaba de regreso en mi cuerpo. Mi cabeza estaba inclinada hacia la derecha y tenia un ojo abierto. Estaba mirando hacia un joven doctor indu, quien tenia mi pie derecho elevado en su mano, estaba pinchandome con un instrumento agudo en la base del pie. El buscaba por cualquier signo de vida, bien poco se dio cuenta de que ya habia vuelto a la vida y estaba mirandolo, me estaba preguntando que cosa estaba haciendome en el pie, entonces me cayo el veinte; “El cree que estoy muerto!”. Al mismo tiempo el doctor paro lo que estaba hacienda y volvio su cara en direccion de la mia, cuando nuestros ojos hicieron contacto, el terror se apodero de su cara, como si acabara de ver un fantasma. La sangre se le fue de su cara y se fue tan blanco como una sabana, sus pies casi ni tocaban el suelo. Sacudiendome le pedi a Dios que me diera fuerzas para inclinar mi cabeza hacia la izquierda y mirar al otro lado, mientras voltie mi cabeza hacia el otro lado vi enfermeras y ayudantes en la entrada mirandome en asombro y terror. Estuve aparentemente muerto por unos 15 o 20 minutos. Me sentia debil y cerre mis ojos, pero rapidamente los abri otra vez para corroborar que aun seguia en mi cuerpo. No estaba seguro de cuando iba o no a desaparecer otra vez, estaba tan cansado. Cerre mis ojos otra vez y me quede profundamente dormido. No volvi a despertar sino hasta la siguiente tarde. Desperte para ver la cara de mi amigo Simone parado fuera de mi cuarto. Se veia palido y sacudia su cabeza, no podia creer que estaba vivo. El me habia seguido la pista hasta el hospital y habia traido con el un amigo mio tambien de Nueva Zelanda. “ Asi que tuviste una noche bastante dificil eh?” Este amigo me pregunto. “Si hombre” replique. “Realmente no entiendo que fue lo que paso”. No queria decirlo pero – “De hecho – me mori!”. Todavia estaba tratando de racionalizar lo que habia pasado y no les queria oir decir :” Vamos hacia el cuarto de goma para ti – has tomado tantas drogas que ya se te estan saliendo hasta por las orejas!” “Este lugar huele como a letrinas” dijeron. “Vamos a sacarte de aqui y te vamos a cuidar”. Yo los resisti – yo queria permanecer en el hospital. Pero ellos me levantaron, me pusieron sobre sus hombros y me llevaron fuera. El doctor vino y trato fisicamente de detenerlos pero ellos lo empujaron fuera de su camino. Un taxi estaba esperando. Simone no quiso venire conmigo en el taxi, tal vez con temor de que yo fuera en realidad un fantasma o algo asi. Me llevaron a casa a mi bungalo en la playa y me pusieron en la cama, y despues ellos se fueron directo a la sala y organizaron una fiesta para celebrar mi regreso! Yo estaba exahusto y ambriento. Me fui a dormir otra vez y desperte en la mitad de la noche temblando y transpirando. Mi corazon estaba lleno de terror, estaba con la cara hacia la pared, me di la vuelta para ver que era lo que me asustaba. A traves del mosquitero y los barrotes de hierro de la ventana pude ver ojos, tal vez siete u ocho pares de ojos mirandome, tenian un resplandor rojo alrededor, en lugar de tener una pupila redonda, tenian rayas como un gato. Se veian mitad humanos, y mitad animal, yo pense para mi: “Pero que clase de cosas son estos?” ellos me miraron a los ojos y yo mire en los ojos de ellos y comence a oir: “Tu eres nuestro y vamos a regresar”. “No, no lo haran!” dije. Tome mi lampara y alumbre hacia ellos. No habia nada ahi. Pero yo sabia que los habia visto!. Me preguntaba si me estaba volviendo loco, empece a sentir como si estuviera mentalmente trastornado. Me tuve que tranquilizar y convencerme a mi mismo que no me estaba volviendo loco. Habia pasado por muchas cosas las ultimas 24 horas. Asi que dije: “Dios, que esta pasando?”. Entonces el me llevo paso a paso por todo lo que yo habia pasado. Era como si El lo hubiera cauterizado en mi mente. Al final de todo dije: ”Bueno Dios, que son estas cosas que parecen querer atacarme?” El me contesto: “Ian, recuerdo la oracion del Padre Nuestro otra vez”. Asi que trate de recordarla con mi mente otra vez, pero no pude, entonces desde el fondo de mi corazon vinieron todas las palabras y comence a orarla hata llegar a: “librame de todo mal”. Ore esto desde el fondo de mi corazon. Entonces Dios dijo: “Apaga las luces Ian”. Me hice de coraje y apague la luz principal. Me sente en la orilla de la cama con mi linterna encendida. Me sentia como un guerrero jedi de la pelicula de la guerra de las galaxias!, empece a pensar: ”Si no apago la lampara ahora, tendre que pasar el resto de mi vida durmiendo con la luz encendida.” Asi que apague la linterna. No paso nada, la oracion habia sido efectiva, me recoste y me dormi.

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